Ayer recibimos la maravillosa noticia de la muerte de Antonio González Pacheco, más conocido como Billy el Niño, un torturador al que el Régimen del 78 no sentó en un banquillo para hacer reparación y justicia a sus víctimas. Me vienen a la mente algunos versos del poema de Mario Benedetti "A la muerte de un canalla":
...vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
es un muerto de mierda
Espero y deseo que cuando se hagan homenajes a las víctimas de esta pandemia, al triste número final siempre se le reste uno.
"DÉJAME QUE RESPIRE" de Beatriz Saavedra
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